Ritos Iguales (Mundodisco 3)

Título: Ritos Iguales

Autor: Terry Pratchett

Género: Fantasía, ciencia ficción

Nº de páginas: 272

Editorial: DEBOLSILLO

Saga: Mundodisco 3




¡Hola lectores!

Aquí vengo con una nueva reseña de Mundodisco. Pensaba que nadie podría superar el cariño que les cogí a Rincewind y Dosflores y... bueno, aunque ellos dos son especiales, porque con ellos descubrí el Disco, han llegado Yaya Ceravieja y Eskarina con su sabiduría brujil para ponérselo dificil a Rincewind y Dosflores. Me han gustado mucho, ¡muchísimo!

¿DE QUÉ TRATA EL LIBRO?

Para un viejo mago ha llegado la hora de partir del plano físico del Mundodisco para adentrarse en el mundo de los muertos. Es sabido por todos que cuando nace un octavo hijo de un octavo hijo, éste alberga en su naturaleza la magia, así que el viejo mago, que sabe que va a morir, decide pasarle su bastón al pequeño y junto a él, todo su poder.

Solo que... el pequeño no es pequeño, sino pequeña, y si hay algo que es más sabido por todos, es que las mujeres no pueden ser magos, ni formarse en la Universidad Invisible. Han de ser brujas, al igual que los hombres no pueden aprender brujería.

Así pues, como resultado tenemos a Eskarina, una niña destinada a cambiar la percepción de un mundo rígido y costumbrista, y a vivir una peligrosa aventura donde entran: Simon, un aprendiz de mago, y los monstruos de la dimensión mazmorra, criaturas de la oscuridad sedientas de la luz de la magia.

MI OPINIÓN

Hace tiempo tuve el placer de leer algo que el propio Terry redactó acerca de la magia en la fantasía, cómo a lo largo del tiempo se ha hecho siempre una distinción entre la magia realizada por hombres y la realizada por mujeres. ¿Por qué esa magestuosidad para los magos, por qué no existe esa figura de mago con cuerpo de mujer, por qué la brujería ha sido siempre entendida como magia de mujeres y por qué no existe esa estética para los hombres? Es cierto que esto lo escribió en 1985 y que hoy en día estos conceptos en la fantasía han evolucionado y cambiado un poquitín, (gracias al universo), pero no por ello invita menos a la reflexión, porque no se trata solo de la ficción, también al presente que vivimos y cómo se extrapola dicho concepto hacia otros ámbitos en los que existe esta diferenciación de sexos.

  

Pratchett, el gran Pratchett, con su maravillosa forma de ver el mundo, localizar esos puntos más vergonzosos de la realidad en la vida, y hacer de ellos una crítica desde el humor, nos presenta en esta tercera entrega de Mundodisco, (que da inicio a su vez la saga de las brujas), a dos personajes interesantísimas llamadas Eskarina y Yaya Ceravieja. Ellas y la historia en si misma van como una flecha, raudas y directas al corazón.

Yaya Ceravieja es de esas personajes a las cuales abres tu corazón de par en par, sin pensar, quieres que se quede ahí para siempre de hecho. Sabia, testaruda, valiente, una bruja sin pelos en la lengua. A Yaya no le tose ni el gran Archicanciller de la Universidad Invisble.

Eskarina, o más conocida como Esk, es una niña avispada, curiosa, inteligente, algo impulsiva, inconformista con las preguntas y aún menos con las respuestas.

Las dos nos demuestran que todo es posible con aprendizaje y lucha, que las cosas no deberían de seguir así solo porque la costumbre lo dicta, que hay que ser valientes en las decisiones y llevarlas a cabo con perseverancia (por mucho que la sociedad no lo conciva), siempre y cuando no se haga daño a nadie y creas profundamente que es un cambio para mejorar.

 “¡Magos! Hablaban demasiado, clavaban los hechizos en libros como si fueran mariposas y, lo peor de todo, creían que su magia era la única que merecía la pena. Yaya estaba completamente segura de una cosa. Las mujeres nunca habían sido magas, y no iban a empezar ahora”.

Pratchett siempre me hace pensar mientras y tras leer sus libros. No solo se trata de vivir aventuras y conocer grandes personajes, se trata de mirar el mundo desde otra perspectiva, la que se esconde tras una sonrisa.